Columna.- Hay un dicho que exhibe la perversión y la realidad que llevó a muchos empresarios a niveles de una opulencia increíble: “atrás de una gran fortuna, se esconde una gran tragedia”, y ciertas familias en Ciudad Juárez no son la excepción de este apotegma, sino un claro ejemplo de excesos, complicidades, crímenes y actos ilegales.
Ciudad Juárez, por supuesto no quedaría fuera de esa veracidad, sobre todo cuando se menciona el connotado apellido de la familia considerada la más acaudalada de nuestra ciudad fronteriza, De la Vega, un claro ejemplo de años de trabajo, pero al cobijo y la sombra del poder político panista y priista que ha gobernado el estado grande de Chihuahua.
“Estas cabronas, son unas hijas de la chingada, se creen dueñas de Juárez y del gobierno”. Se celebraba una reunión en el excéntrico rancho del ex gobernador César Duarte Jáquez, era el verano de 2013, la llamada del entonces secretario de Hacienda, Jaime Ramón Herrera Corral, encolerizó al ex mandatario y ahora prófugo de la justicia, la llamada era por una queja de las hermanas De la Vega, por un supuesto acuerdo de unos terrenos propiedad del Estado que pasarían a manos de la familia billonaria De la Vega.
“Diles que ese terreno ya tiene dueño Herrera, no podemos hacer lo que quieran, el gobernador soy yo, habla con el pendejo de Álvaro y explícale la situación”.
Esta conversación de la que fueron testigos tres personajes, de los cuales dos declararon ante la Fiscalía General de Justicia del estado de Chihuahua, incluyendo por supuesto al ex secretario de Hacienda, Jaime Herrera, desapareció de la carpeta de investigación que integraba el caso contra César Duarte.
Y es que la liga de corrupción salpica también a la familia De la Vega con el prófugo César Duarte, quienes además no sólo se beneficiaron del poder político bajo su administración, sino de otros gobernantes, sobre todo priistas.
Los empresarios pueden ser igual de cínicos, corruptos y perversos que los políticos, por eso se entienden tan bien.
Durante la campaña de César Duarte, la familia De la Vega, a través de Alejandra, la mujer de los negocios, sostuvo varios encuentros previos al triunfo electoral de Duarte, apoyando por supuesto con aportaciones millonarias la campaña, recursos de inversión que después cobrarían con creces al ya gobernador del estado.
Los predios, permisos, concesiones por parte del Gobierno de Chihuahua 2010-2016, fue parte del pago a la familia De la Vega por las aportaciones económicas a la campaña, además de proveedurías, y la canalización con funcionarios del más alto nivel para lograr extender sus negocios en todo el país, sobre todo en el tema de gasolinerías.
Los encuentros tuvieron sus resultados, al final, ese grupo político priista, encabezado por el ex presidente Enrique Peña Nieto, tenía un solo fin, enriquecerse a través de empresarios voraces y sin escrúpulos, con la venia y el amparo del poder.
La expansión comenzó por todo el país, en Ciudad Juárez, los asentamientos irregulares de tiendas de conveniencia y gasolinerías posteriormente, fueron autorizados sin ningún problema, aún fuera de manera irregular, sin cumplir con normativas, leyes, papelería y permisos, la orden venía de lo más alto.
La familia repetía el modus operandi de décadas atrás, como lo hizo con la Cervecería Carta Blanca, cuando Federico De La Vega Mathews logró poseer la concesión exclusiva de la cervecería, inundo el mercado de alcohol, y lo monopolizó, convirtiéndolo en el hombre más rico de Ciudad Juárez, pero también el responsable indirecto de muchas pérdidas de vida por el excesivo consumo de alcohol a través de sus ventas millonarias.
Lo que llaman en la pragmática financiera, costo-beneficio, el costo era relativamente poco, e intrascendente socialmente y políticamente, lo mismo éticamente, para la familia De la Vega, nada de eso importaba, y sigue sin importar, porque al final el beneficio que se buscaba era uno, dinero y más dinero, como lo hacen aún actualmente, sin importar las consecuencias que afecten a la sociedad.
Las relaciones políticas, se mantienen vigentes, y no sólo eso, ahora se logran cargos y complicidades mayores, hasta se habla de amoríos prohibidos.
Alejandra De la Vega, fue nombrada secretaria de Economía, cargo que es simbólico ya que no cumple con la capacidad, experiencia y mucho menos con la responsabilidad de tal función, es la funcionaria de medio turno, que sólo acude a desayunos o presentaciones, a su estilo físico desalineado, así lleva la función pública, sin arreglo e interés.
La empresaria adinerada por herencia y por matrimonio (al estar casada con el petrolero Paul Foster, dueño de Franklin Mountain Energy (FME), mantiene una relación tan estrecha con el gobernador Javier Corral Jurado, que tienen un saludo tipo romano, cada vez que se encuentran, tomándose de ambos antebrazos, mostrando en el lenguaje corporal la conexión de respaldo y lazos que mantienen.
Alejandra De la Vega, es por este motivo, y otros más, la principal beneficiaria en el área empresarial por parte del Gobierno de Chihuahua, juega la parte política, sin ser política, la parte empresarial sin serlo del todo por mérito propio, y la parte de funcionaria, sin cumplir con su responsabilidad, sin tener experiencia y mucho menos éxito en acciones concretas.
Son más de 300 sucursales de tiendas de autoservicio o de conveniencia, las que maneja la familia De la Vega, a través del consorcio Almacenes Distribuidores de la Frontera, operando los negocios Del Río, Superette y Oasis.
Además, las franquicias de Dóminos Pizza (Operadora Alpic), Agua Alaska (Altec Purificación) y las gasolineras Arco, antes llamadas Petrol.
RELACIONES POLÍTICAS
Era el año de 1983, el difunto Federico De la Vega Mathews (padre de Alejandra, Guadalupe y Artemio), contendió por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), como suplente de Santiago Nieto, para la presidencia municipal, perdiendo ante el panista Francisco Barrio Terrazas.
Entre el año 2001 y 2002, en la casona ubicada en la calle Henry Dunant, numeral 5155, en el fraccionamiento Villas del Bravo I, se desarrolló el Concejo de Gobierno, que presidía el ex alcalde José Reyes Ferriz, afirmando en esas reuniones y negociaciones, el despegue político de su yerno Álvaro Navarro Garate (esposo de Guadalupe de la Vega) como suplente.
En el año 2003, en esa misma residencia se llevó a cabo la presentación privada del Plan Integral de Seguridad Pública, del ex alcalde panista Jesús Alfredo (El Güero) Delgado.
En el 2005, Roberto Madrazo Pintado, precandidato del PRI a la presidencia de la República, fue el invitado de honor a la mansión del empresario licorero Federico De la Vega, a quien dijo admirar y apoyar.
En el 2009, su casona fue custodiada por centenares de militares y agentes de fuerzas federales, siendo sede para una reunión maratónica del Consejo Coordinador Empresarial y autoridades del Operativo Conjunto Chihuahua, el invitado especial fue el militar con cargo de general Felipe de Jesús Espitia Hernández, a quien se le relacionó con organizaciones del crimen organizado, y se le investigó por posibles nexos y señalamientos de actos de corrupción, así como otros delitos graves, tráfico de armas y droga, lavado de dinero y homicidio.
Espitia fue acusado y señalado en declaraciones judiciales por delincuentes, y también por victimas que sufrieron torturas y vejaciones al ser confundidos con maleantes, siendo señalado por subalternos y detenidos, como un torturador y asesino intelectual de muchas personas en Ciudad Juárez.
Antes de terminar el 2009, se realizó un evento para el exalcalde Héctor Murguía Lardizábal, los jardines de la mansión, reunieron a la “crema y nata” política y social de esta ciudad, para darle el apoyo a la gubernatura.
Pero al ser bajado de la contienda por no haber hecho los amarres a nivel nacional correctos, ahora el gallo de batallapara la familia De la Vega sería César Duarte, su futuro socio y cómplice.
En septiembre del 2010, la residencia fue utilizada para despedir al entonces gobernador José Reyes Baeza, a quien calificó como el mejor gobernador en los últimos 50 años, a pesar de los índices delictivos que convirtieron a Chihuahua en un “baño de sangre”, el empresario Federico De la Vega, se desvivía en halagos para el gobernante que fue ligado al narcotráfico y que sufrió una parálisis facial por un incidente que mencionan sus ex escoltas y algunos narcotraficantes en declaraciones, tuvo con el temido Joaquín ”El Chapo” Guzmán, cuando aún se paseaba por el país libremente y visitaba este estado como otros de la República, con la protección del gobierno federal panista encabezado por Calderón Hinojosa.
Esto es parte de la realidad, del poder corruptor ligado a una familia, cuyos beneficios económicos, no han sido de la forma correcta, atrás de esa fortuna, hay una realidad de perversidad y avaricia.