- Que se le recuerde siempre con admiración y orgullo: AEO.
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Michoacán, 14 de febrero de 2025.– A casi 500 años de la atroz invasión y saqueo de los españoles a nuestro país, este día se recuerda la muerte de Tangaxoan Tzintzincha, quien fue capturado, torturado y ejecutado por órdenes de Nuño de Guzmán, el 14 de febrero de 1530, en donde ahora se conoce como Conguripo, en el municipio de Angamacutiro, Michoacán.
Trataré de hilar una breve historia, de muchos datos que incluso, yo mismo desconocía y que fueron recopilados de obras como, “Proceso, Tormento y Muerte del Cazonzi, Último Gran Señor de los Tarascos, por Nuño de Guzmán. 1530”, del historiador nicolaíta, Armando Escobar Olmedo.
Aunque también fueron consultados algunos otros trabajos, como “Relación de Michoacán”, de Leoncio Cabrera Fernández y de Jerónimo de Alcalá, de la investigadora María Guadalupe Flores Rodríguez y algunas precisiones del CSIM.
Armando Escobar, señala que, la ejecución de Tangaxoan fue un triste fin para el hijo predilecto de los dioses, el descendiente de Curicaveri, el otrora todopoderoso gobernante de la segunda provincia más rica de México y representante de una de las más importantes sociedades de América.
Fue el último Cazonci o Yrecha, el gobernante con la máxima autoridad política, jurídica y religiosa de Michoacán.
Pero veamos desde el principio, Tangaxoan Tzintzincha (hombre que edifica fortalezas), nació allá por 1500. Para el año de 1521, heredó de su padre Zuanga (cuerno), el imperio purhépecha, quien falleció de viruela, enfermedad traída por los españoles, por lo que fue cremado.
Le tocó enfrentar a los españoles liderados por Cristóbal de Olid, tras la invasión; un año más tarde, se rindió, a fin de evitar una masacre, dado que ya tenía conocimiento de la barbarie registrada en Tenochtitlan, que fue destruida y saqueada.
A la llegada de Nuño de Guzmán y tras el saqueo y devastación de los españoles, el gobierno dinástico de Tangaxoan seguía pagando tributo a la corona española, durante los años posteriores.
El proceso contra Tzintzincha, por Nuño de Guzmán en 1530, obra en el archivo general de indias de Sevilla, España, de donde fue obtenido por el investigador Armando Escobar.
La sentencia por los delitos de traición, idolatría y por haber mandado matar muchos españoles. En el juicio, estuvieron un nativo como intérprete, un defensor y testigos españoles. Dado que era riesgoso sentenciarlo y ejecutarlo en Tzintzuntzan, se organizó una expedición para encontrarse con los Chichimecas, rumbo al estado de Jalisco.
Pero el 5 de febrero de 1530, el ejército de Guzmán detuvo la marcha en el lugar llamado Paso de Nuestra Señora de la Purificación, donde ahora se le conoce como Cunguripo.
Ahí se construyó una ermita y un campamento. Se le culpó a Tzintzincha de haber organizado una emboscada en ese rumbo, por eso la traición. Cuando no sabía hacia dónde se dirigían.
Se le acusó de haber matado a muchos españoles y quitado la piel para usarlos con figuras que idolatraban. Pero nunca respondieron por lo miles de nativos masacrados por los españoles.
El 11 de febrero, Tzintzincha fue objeto de tormentos en varias etapas. Nuño de Guzmán le exigía muchas mujeres, oro y plata, así como ocho mil hombres para reforzar la expedición. Pero los nativos, eran convertidos en esclavos de los españoles y herrados en la frente.
Finalmente, Nuño de Guzmán lo sentenció a morir, tras ser atormentado; sería envuelto en un petate, atado de pies a un caballo que lo arrastró por todo el campamento. Moribundo, fue amarrado a un madero y quemado vivo el 14 de febrero.
Sus cenizas, fueron lanzadas al río Chiconahue, hoy río Lerma, para evitar que su pueblo le rindiera reverencia, pero algunos allegados, lograron recuperar parte de las cenizas y enterradas en Pátzcuaro. Todos sus bienes fueron incautados por el Fisco real, se ignora la cuantía.
Esto ocasionó el levantamiento de su pueblo purhépecha, su hija Eréndira, lideró por buen tiempo la rebelión. Le sucedieron dos hijos a Tzintzincha, primero fue Tariácuri, de 1543 a 1545, luego le siguió el más chico, Huitziméngari, de 1545 a 1562, tras la muerte de éste, acabó el gobierno dinástico del imperio purhépecha, hasta el final del periodo virreinal.
El investigador, hace una comparación de la semejanza de lo ocurrido a Cuauhtémoc, quien decide entregarse a Hernán Cortés, para salvar a su pueblo de Tenochtitlan, que fue destruido y saqueado por los españoles.
Era insaciable la ambición, dice, por el oro y plata, Cuauhtémoc fue atormentado, le quemaron pies y manos para saber en dónde guardaban las grandes riquezas, pero resistió. Finalmente fue ahorcado.
Armando Escobar dice que su muerte de Tangaxoan Tzintzincha, de manera tan indigna, terminó el gobierno heredado por sus ancestros con los que se reuniría según sus antiguas creencias. Sería cremado, como lo fue en su tiempo su padre y su abuelo, pero no con las ceremonias de un gran Yrecha, sino con los actos propios de un criminal y traidor.
Nuño de Guzmán, ante el gran número de quejas, tropelías y muertes de nativos, pueblos arrasados, nativos esclavizados y herrados, la corona española decidió suspenderlo y marchó a España en 1536. Falleció en Valladolid, el 26 de octubre de 1558.
El pueblo purhépecha le rinde homenaje a Tangaxoan Tzintzincha, para recordarle a las futuras generaciones, que no debemos olvidar este lamentable hecho y mantener viva la memoria histórica.